Se acabo el juego, se acabo el tanteo,
Muchas oportunidades dadas por amor,
Un amor ciego, sordo y mudo,
Algún sentimiento de culpa,
Una lucha intensa para saber quién era el más orgulloso,
Ajedrez sin alfiles, donde el caballo hace una d en vez de una l,
Como una luz, que se apaga cuando me voy,
Y se enciende cuando vienes,
Un pensamiento que no tiene ni pies, ni cabeza,
Un truco de magia, porque, la magia, es verte sonreír,
Sueños que no te engañan, que te hacen ver, lo que en realidad te da miedo saber,
Un pañuelo a lunares negros, con pulseras de flores,
Un paseo por la Toscana agarrando tu mano,
Aquel 24 de febrero o ese 5 de octubre,
Bailar ese tango sobre la lluvia, empapándonos la cara,
Cantarme esos 15 años tiene mi amor, por la calle, sin vergüenza alguna,
Esa chica perfecta, que tanto ansiabas y que no encontrabas,
Mon petit coco, esa chicha que te gustaba porque era diferente,
Rosas rojas que no marchitan con espinas que se clavan,
Es el mapa de un suspiro, que hay siempre que te miro,
Mirarte es como caer y volver a empezar, desde el fondo del mar,
Es como la gota de una lluvia de esperanza,
Coges el mundo de puntillas sin pensártelo dos veces,
Cosa que yo haría, si estuvieras aquí a mi lado,
Aquel primer momento detrás de las butacas,
Con esa luz verde de exit encima de la puerta,
El sabor de lo pequeño, que haces que vea como un gran sueño,
Eres como un suspiro en el aire que necesito,
Pero no es pasión, no es ternura, no es odio ni amargura,
Hoy he salido de ti bordeando la locura,
Y puede que, de algo esté segura, no sabes lo que sientes,
Pero no quieres que me vaya al mar, por si me pierdes entre la corriente,
Ya no sé en realidad si siquiera quiero luchar más por esto. Eva Baez
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