sábado, 19 de enero de 2013

Sueños...

Esa sensacion que va corriendo por el mundo,
más alla del miedo,
más allá de lo que temo,
porque seguro que hay un hueco
por un montón de sueños,
que dicen
¡vales mucho más!

Gonzalo Otero

Cántico a la Luna...


Luna, Luna, Luna eres hermosa.
Luna blanca, hermosa y sola.
Tan distante, y a la vez
tan cercana.
Me enamoré de ti desde el primer instante.

Te observo desde mi ventana,
noche a noche.
Eres luz, luz hermosa.
No luz del sol,
sino luz del anoche.

Todo el mundo habla
de ti, pero nadie recuerda.
Eres tú la que lleva tu luz
a los enamorados
de puerta en puerta.

Luna blanca, hermosa y sola.
Me aterra verte en el cielo,
En la oscuridad,
tan distante
triste, apenada, sola.

El sol tan resplandeciente
te da la espalda.
No puedo entender
que seas tan hermosa
Y por ti nadie haga nada.

Tú que nos llenas de belleza.
Tú que eres luz en la oscuridad.
Tú que meces el mar.
Tú eres mucho más,
símbolo de fertilidad y amar.

Verte distante y sola
me siento apenado.
Quisiera ir al cielo,
curar todo tú dolor
Y ser tu amado.

Condenada a la triste soledad
No puede vivir
de otro modo.
No llores Lunita
Yo te lo daré todo.

Quisiera vivir,
arriba,
contigo.
Pero aunque duela
yo no se como.

No temas,
Yo nunca te abandonaré.
Todos los días de mi vida
al sol
por su indeferencia odiaré.

Vela por mí,
escapando de la luz
mi piel se marchita.
Poco a poco palidece.
Luna, tu blancura me enloquece.

Es tu luminoso reflejo,
ese que me retrata.
Déjame Lunita blanca
ser tu esclavo.
Tu esclavo con cadenas de plata.

Todas las noches
que redonda te hallaré,
subiré al alto monte.
Miraré al cielo
y con orgullo te aullaré.

Luna, Luna, Luna
Luna blanca y bella.
 En los oscuros páramos te hallaré
redonda y llena.
Tan distante y a la vez tan cerca.

No te muestres indiferente
no tengo tanto aguante.
Cuando sale el sol
y te vas,
mi alma está menguante.

No te hagas
la especial,
la diferente.
Cuando solo me dejas
mi corazón está decreciente.

Cuando con tu luz,
la oscuridad iluminas
y me traes a mí,
la felicidad suficiente.
Mi espíritu está creciente.

Cuando te muestras entera.
Como la más grande.
Como la más resplandeciente.
Como la más buena.
Mi alma, corazón, espíritu de tu cariño se llena.

Cuando intentas mostrarme,
de ti una nueva faceta,
que un cambio radical lleva.
Hace mi alma, corazón, espíritu
una realidad nueva.

En terminar tu cruel martirio
yo me demoro.
Pensando, a cada instante
como salvarte.
A diferencia de cualquier otro.

Tú lejanía me mata.
Por mi mente pasa.
Acercarme a ti.
Ascendiendo lentamente.
A la montaña más alta.

Y allí me hallo.
Mi corazón se hace de hielo.
Alzo mis dedos
no llego cariño
no llego al cielo.

Querida Lunita llena
no puedo aguantar
esta triste situación.
Caen mis lágrimas
Y muero de pena.

Mi cuerpo desfallece,
se entrega al frío.
Mi sueño de verte,
al igual que mi carne
conmigo fallece.

Pero abro los ojos,
estoy ahora arriba,
contigo, a tu lado.
El dolor me ha servido.
Ya de ti, no estoy lejos.

Pobre Luna blanca,
que de estar tan sola
ya no sabía amar.
Tranquilicémonos
Y mezamos juntos la mar.

Y todas las noches
juntos paseamos por el cielo.
Primavera, verano, otoño, invierno.
Con tu belleza sonríes
al mundo entero, y yo me celo.
Tú eres tan grande.
Tú eres tan bella.
No soy nada a tú lado.
El sol me oculta, me esconde,
solo soy una estrella.

Cada parte de ti,
cada cráter.
Es en mi mente
un pensamiento.
Estoy solo, fijo en el firmamento.

Y yo te espero
solo, oculto por el sol
a que des la vuelta.
Y entonces
nos encontremos amor.

Eres tan interesante,
cambiante, distinta.
Cada noche que pasa
eres igual de buena,
pero nunca la misma.

Estoy enamorado
de tú órbita, elipse.
Me siento desasosegado,
al verte unirte al sol
el día de eclipse.

Cada uno sufre
su desdicha, su condena.
Tú obligada a seguir
el mundo, ese mundo
a cada una de sus vueltas.

Y yo estoy
negado al voy.
Clavado al cielo.
Mi tortura, mi castigo
la ausencia de movimiento.

Mi dicha, mi felicidad
es estar quieto,
y saber que aún así
a mí vengas.
Eso es la esperanza que me entregas.

Ese horrible día
dejaste de girar.
Tengo miedo,
estoy solo,
te necesito amar.

Ahora puedes ser
feliz, libre.
Ya no tienes que rotar.
El mundo al que entregada estabas
acaba de expirar.

Y ahora tú,
compañera del sol
de mí no te vayas a olvidar.
Siento que pierdo mi energía
estoy a punto de llorar.

Con lágrimas de fuego
me consumo y muero.
Perdóname, sol, Lunita
por arrastraros
al infierno.

Luz, oscuridad.
Era un pequeño punto en el cielo,
ahora mis emociones
se extienden enormes
por todo el universo.

Estoy confuso,
¿Dónde estoy?
¿Quién soy?
¿Existo?
¿A dónde voy?

Lunita, Lunita
soy yo quien te espero.
Lunita, Lunita
¿Dónde estás?
Yo no te veo.

Confuso yo estoy
solo oscuridad veo.
Quisiera atraer luz
más no puedo.
Lunita, Lunita solo oscuridad veo.

Y entonces entiendo.
Entonces comprendo.
Tú y yo somos uno.
Como no me di cuenta
desde que te vi en el mundo.

Como no me di cuenta, es tan bello.
Sin ti era vacío, incoloro.
Y ahora que soy vacío, incoloro
estás dentro de mí.
Y de color estoy lleno.

Sergio Trapiella

Querida mujer anónima


Se que no te conozco,
Y mucho me queda por conocer.
Demos el paso y superemos el miedo,
El hielo hemos de romper.

El aburrimiento tenemos que vencer,
tu amabilidad espero,
pues nuestro bonito encuentro
empieza de cero.

No es sorprendente,
Que la curiosidad nos mueva.
Cada uno de nosotros ha conocido,
Un alma nueva.
Para mí y para ti.

Ambos somos sorpresa.
En ti y en mí, cada palabra,
En nuestra mente quedara impresa.


Puedes ser la mujer más hermosa.
Puedes ser la mujer más tediosa.
En ambos casos,
Sorpresa.

Permitámonos el lujo de volar.
Exprimiendo la necesidad,
De que ambos
Nos tenemos que explorar.

Conozcámonos en este interesante juego,
En el que yo tengo
Una ventaja distanciosa,
Al saber ya de ti que eres la más hermosa.

Tu alma pude ser bella
Como una rosa,
O ser la más
Oscura y silenciosa.

Yo puedo equivocarme
Al elegirte a ti,
Al ser anónima
No se que querrás de mí.

Juguemos a este juego,
Tu alma quiero ya ver.
Juguemos a este juego,
Conocer por conocer.

Sergio Trapiella

Somos historia


A Dios le pido
no perecer en el olvido.

Ser más que el latido que soy
sucesos, acontecimientos, historia soy.

Ser más que la inexistencia del hoy
por caminos, lugares, parajes voy.

Ser más que un ser y un estar
el alma, la magia, la herida que se debe mostrar.

Ser más que un hombre,
un poco más que un hombre.

Ser más que el latido que soy
sucesos, acontecimientos, historia soy.

Sergio Trapiella

El último latir...


Primer latir inicial
cada vez que respiro
se acerca más
el final.

Cada vez que late
el corazón
la bella mujer acecha
sin ninguna razón.

El aire que suspiramos,
muestra del alma
que lentamente
matamos.

Cada rojo movimiento
nos acerca
tristemente
al final del momento.

Cada segundo que pasa
el mecanismo
se oxida
y se atrasa.

El hombre vive
sin vivir,
sin conciencia
de lo que pasa.

Y pensar,
que lo que nos pone en marcha
se apaga, y nos acerca
a la negra marcha.

Cada latir más
es un latir menos,
quien lo pensara
en estos momentos.

cada respiro más
es un respiro menos,
quien lo pensara
al menos.

Sergio Trapiella