Coincido
con todos aquellos que dicen que amar es de valientes, que es como tirarse al
vacío esperando a que alguien te de sus alas y te enseñe a volar, es dejarte
desnudar física y emocionalmente, mostrar tus fortalezas, pero también tus
debilidades, conocer nuevos sentimientos tanto buenos como malos…
Pero qué pasa si quien creías que te cogería y te
daría sus alas al tirarte al vacío no está, si de repente sientes que todo es
oscuridad y tienes la horrible sensación de no poder dejar de hundirte, y cuando
ya no puedes más llegas al fondo y te sientas, miras hacia arriba y ves lo
lejos que has caído, te sientes solo tienes frío y tu corazón tiene miles de
heridas que tu solo tienes que hacer que cicatricen, te sientes incapaz de
poder fabricar tus propias alas para poder no solo huir de ese vacío, sino
volar alto y llegar a las estrellas, el tiempo pasa y cada vez te sientes más
perdida, pero sin tu saber de dónde, sacas fuerzas, dejas atrás todo ese dolor
y esa oscuridad y te levantas, poco a poco van cicatrizando todas y cada una de
tus heridas, vas construyendo tus propias alas, y sientes que empiezas a dejar
atrás todo ese dolor y esa tristeza, sientes que puedes volver a amar pero esta
vez a ti misma, tus alas cada vez son más fuertes y vuelan más y más rápido y
de pronto, cuando menos te lo esperas te encuentras lejos muy lejos de ese
vacío. Ya no vas a volver a dejar que nadie te corte las alas, son tuyas y las
amas tanto como a ti misma, miras para atrás y piensas que todo lo que un día
dolió te ha servido para volver a brillar como nunca lo habías hecho.
María Hermida
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