sábado, 3 de diciembre de 2011

Tú, mi dulce y perfectamente imperfecto tú


El amor es uno de los sentimientos más profundos porque con él experimento cosas que nunca antes había sentido, incluso se suele decir que es un sentimiento irracional porque cuando me enamoro no soy totalmente consciente de mis  actos por culpa de alguien a quien creo perfecto. Me encanta verle y hablar con él pero cuando hablamos, él se queda mirándome a los ojos y yo desvío la mirada, no lo hago porque no le quiera mirar sino porque cuando le miro a los ojos, que para mí son perfectos, se me hace un nudo en la garganta y me quedo sin palabras aunque a veces el silencio sea mejor que un te quiero.
El otro día mientras sostenía una margarita en las manos pensé en desojarla mientras decía el típico me quiere no me quiere…pero después me pregunte, ¿para qué? si ya se cual es la realidad y ninguna margarita hará que cambie lo que siente por mí.
A veces cuando estoy sola viene a mi mente su recuerdo, me acuerdo de su sonrisa, de sus ojos y de su olor… y de repente recuerdo el dolor que siento cuando vienen a mi cabeza cientos de recuerdos que me hacen pensar que ya no estoy tan cerca de él como antes. Pero no me importa ese dolor porque me hace comprender que no estoy soñando, que es real y que existe de verdad.
Me acostumbré a tenerle las 24 horas del día y ahora no le tengo ni 10 minutos. No porque no quiera sino porque la distancia que nos separa es demasiado grande para conseguir superarla pero ya me acostumbre a estar así, sin verle y viviendo solo del recuerdo…
Soy solamente una persona normal igual que otra cualquiera una persona que debería poder olvidar pero no puede. Ya lo intenté no una vez, ni dos, ni tres, sino cientos y su recuerdo se resiste a desaparecer .Ya forma parte de mí tanto como mi propia mano y sé que ahora ya no podría vivir si él y aunque recordar duela no lo puedo evitar y si estoy condenada a vivir con su recuerdo tendré que llevarlo lo mejor posible.

Ana Fonseca Vega

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