domingo, 16 de diciembre de 2018

RUINAS

Donde antes había ruido, ahora solo queda silencio.
Las ruinas de un corazón muerto. Las ruinas de lo que fuimos. De lo que nunca volveremos a ser.
Siempre fuimos de huir de la multitud. De ir a nuestros escondites y de no contestar preguntas. No nos atrevíamos a mirarnos a los ojos. Porque sabíamos que si lo hacíamos acabaríamos teniendo que admitir lo que siempre negábamos: tu y yo en esos momentos juramos ser eternos.  Por muy rotos que estemos, por muchas ruinas que queden.
Por mucho que nos empeñemos en negar lo evidente. Ya no hay nadie que nos apague la música. Ahora, ven y baila conmigo. Hasta que se apaguen las luces. O hasta que nos sigan.

Paula Alonso

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