Una dulce mañana otoñal,
cuando las hojas impactaban contra el frío suelo,
un dulce pajarito cantaba pio pio.
Por las tardes otoñales,
el frío suelo empezaba a calentarse
gracias a los lindos rayos solares.
Una dulce mañana primaveral,
cuando las flores crecían hacia el alto cielo,
una pequeña gaviota volaba placenteramente.
Por las tardes primaverales,
los dulces animalitos empezaban animarse
a salir al campo, con total libertad.
Carlos Castrillo
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