lunes, 25 de octubre de 2010

Amar...

Amar a más de ochocientos kilómetros de distancia, también es amar.
Y esque la distancia no es propiamente un obstáculo;
gracias a ella, los encuentros son más emocionantes,
los abrazos son más sentidos y los besos más deseados.
Las palabras lo son todo; la más simple palabra
puede llegar hasta lo más profundo de tu corazón
cuando es él quien la pronuncia.
Y no necesitas estar físicamente siempre a su lado,
te conformas con estar en el lado izquierdo de su pecho,
día tras día, acompañándole allá donde esté.
Es contar los días, las horas y los minutos
que faltan para ese ansiado encuentro.
Es la felicidad que sientes tras varios meses separados,
cuando estás en sus brazos y te sientes segura.
Es la tristeza de la despedida,
el sabor amardo de otros muchos meses separados.
Amas a más de ochocientos kilómetros de distancia, también es amar.

Hoy salí a la calle en busca de tu mirada,
talvez de una mirada parecida entre tanta gente,
y fue algo inútil. Sé perfectamente que no voy a encontrar,
entre tanta gente como hay en la ciudad,
alguien con una mirada con ese brillo tan especial,
capaz de dibujar en mi cara la más sincera sonrisa.



Desiree Monteiro

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