Jamás dejaré de quererte. Jamás me
cansaré de verte sonreír. No quiero tener que olvidarte nunca, quiero tenerte a
mi lado, ahora y siempre. Te quiero. Te quiero de verdad. Te quiero con la
mayor sinceridad que pueda expresar... Como quieras llamarlo, decirlo o
sentirlo... No me abandones, porque te necesito. Te necesito de verdad.
Necesito tus abrazos y si por mí fuera, te daría un abrazo tan fuerte que te
rompería todos los huesos, necesito tus ánimos, necesito tu sonrisa (ojalá
pudiera hacerte sonreír el día entero porque sería precioso) y que, quizá esté
obsesionada pero de todas las imágenes bonitas que tengo en mi memoria, tu
sonrisa está entre ellas, entre las más bonitas... Bonita como tú, joder...
Necesito que me sigas dando las fuerzas para seguir cada vez que me caigo y
volver a ponerme los pies en el cielo, o en las nubes o donde sea que podamos
seguir volando o avanzando o lo que sea, necesito que me quieras, que me sigas
queriendo...
Porque eres la que me ve en las
peores y en las mejores y me quieres. Porque conociste mi lado malo, mis
cicatrices y mis demonios y en vez de abandonarme, me abrazaste... Porque eres
la que sabe que soy un desastre y a pesar de ser torpe y estúpida, indecisa y a
veces loca, me sigues queriendo. Me quieres. Me quieres y es algo que no es
fácil (aquí lo único fácil sería tenerte a mi lado toda la vida y por muy
difícil que parezca o sea conseguirlo, te necesito a mi lado y sabes bien que a
cabezota no me gana nadie, y conmigo te vas a quedar). Me quieres cuando nadie,
ni si quiera yo misma, lo hago. Y eso es mucho, es demasiado. Es inexplicable,
es algo que ni parece real, pero lo es... Que no podría hacer nada sin ti, eres
la clave para mandar a la mierda el miedo, la inseguridad y todo lo malo. Eres
la que vino y a pesar de todo, me salvó, la que me salvó cuando todo era negro,
eres la única que me sabe abrazar... Eres preciosa, eres una de las pocas
razones que hay por las cuales me quedo en este puto mundo. Eres una pequeña
muerte cada puto beso que me das en el cuello, o mejor dicho, cada suicidio, el
de quererte y temerte, temer de perderte... Porque cuando me siento sola,
cuando me siento ahogada, cuando siento el peso del mundo sobre mí, vienes tú y
me animas. Te prometo que ni almohadas, ni nada, yo me quedo a dormir en uno de
tus hombros, o en tu pecho como una niña pequeña, ¿cómo puede hacerte alguien
sentir tan grande y tan pequeña a la vez? Yo voy donde sea, pero contigo. Te
juro por todo, que me das la mano y a la mierda el resto del universo... Como
si juntas, viajáramos a otro espacio, a otro mundo, donde sólo estuviéramos tú
y yo... ¡Eres todo! ¡Me has dado demasiado, y ya no sé cómo agradecértelo!
Porque eres la que me da abrazos y me hace sentir enorme. Ya no hay palabras,
ni frases, ni hechos que puedan agradecerte tanto.
Mi puto mundo no giraría si no fuera
por ti, eres un sentido en mi vida, eres vital, como el respirar o como el
hacer latir un corazón, mi corazón, nuestro corazón porque tienes un hueco
aquí, en el lado izquierdo, que ya no se lo gana nadie... eres uno de los pocos
motivos por el cual me levanto todos los días de mi vida y sonrío mientras
pienso: joder, qué haría yo sin esta loca... eres la única que creo que jamás
me abandonará (y espero que sea así) yo nunca lo haré, te lo juro por
absolutamente todo, y mejor joder, porque ahora ya no sabría vivir sin ti. Si
no te tengo, muero.
Mi reina, mi vida, peque, preciosa, o
lo que quieras, gracias por todo, gracias, simplemente, por existir y por estar
aquí, conmigo, luchando y apoyándome, ayudándome y cuidándome.
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