Respira hondo, y de repente sus pensamientos están en otro lugar de donde él se encuentra. Piensa en ella, su princesa; aquella hermosa chica que hacía dos años había ocupado su corazón, aunque él, la seguía queriendo, pese que no quería admitirlo.
Echa de menos aquellos cabellos ondulados y cobrizos que tanto le gustaba tocar, sus pequeñas y delicadas manos que tanto le gustaban coger, su preciosa sonrisa que ella tanto mostraba y tanto le gustaba mostrar, sus verdes ojos que tanto le hipnotizaban, haciéndole viajar a un lugar perfecto en el que ellos dos se amaban y , estaban juntos; sus labios que tanto le gustaban probar...
Ella le abandono como un perro, demasiadas adicciones, demasiada locura, no podía seguir haciéndole daño, le amaba, le dejó, le abandonó, y parte de ella se quedó con él.
Ella, desde ese día no recuerda lo que era sonreír, sentirse feliz... Cada minuto de cada día, pensaba en él, y de sus verdes ojos caían lágrimas que reflejaban ese dolor que ella tanto sentía, y seguirá sintiendo hasta que consiga olvidarse de aquel chico que tanto amor le dio y que ella tanto quiso.
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