viernes, 13 de abril de 2012

El cambio más grande de mi vida


Te odiaba, ¿lo sabías? No entendía para qué tuve que haberte conocido, no sabía qué hacías tú en mi vida... ¿Qué hacías? Cambiarla, darle un giro de 180º, de proa a popa, de norte a sur. Transformarla de tal manera que a día de hoy no sabría decirte si soy yo misma o soy lo que me haces ser tú... Pero no es ese el caso; la cuestión es que de hace un año hasta ahora las cosas han cambiado mucho, muchísimo. Ha sido difícil, sobretodo para mí. Verte ser feliz me alegraba la vida pero me hundía saber que no era conmigo... ¿No te ha pasado nunca? Dejar a la persona por la que darías la vida ser feliz con quien él o ella quiera, porque te importa tu felicidad pero sobretodo te importa la suya. No sé si alguna vez te ha pasado o no, pero si te ha pasado compartirás conmigo que es una de las sensaciones más frustrantes que hay... Es absolutamente horrible, pensar que su felicidad no depende de ti pero la tuya sí que depende de la otra persona. Frustrante de verdad.
Relativamente te sigo odiando. Porque aún no sé por qué has llegado a mi vida... Quizá para volverme loca, quizá para seguir conmigo aunque todo lo demás ya no esté, quizá eres un reto, quizá no... ¿Quién lo sabe? Y lo más importante aún... ¿A quién le importa? Mientras estés conmigo no voy a pensar en nada más; juro que no me importa nada que no sea tu felicidad, la mía, la nuestra. Que firmaría ahora mismo para que mi vida se terminase a tu lado, viéndote sonreír. Moriría en un abrazo, sabiendo que podría morir más feliz que nadie; dormiría abrazada a ti cual koala abraza a un árbol; me dejaría llevar en cada momento sabiendo que nada ni nadie podría estropear nada. Vivimos en un mundo aparte, viendo cómo el resto se tira los trastos a la cabeza, cómo desperdician su vida pensando en cosas sin importancia... y nosotros aquí, luchando por algo que empezó quizá mucho antes de conocernos, pero eso nunca lo sabremos a ciencia cierta. Lo único que podemos hacer es seguir luchando, que todo esto crezca cada día un poquito más, como siempre lo ha hecho, y que los demás contemplen la fuerza que tenemos, y sobretodo que vean hasta lo invisible de todo esto, que es la complicidad y las ganas con las que afrontamos las cosas. Si un corazón no quiere olvidar a alguien que ocupa un lugar en él, ten por seguro que nunca podrás olvidarle.

Saray Castellanos

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