Da igual el momento en el que vengas, es
una lucha constante que no va contigo,
va conmigo.
Yo contra mí misma.
Mi necesidad de estar a solas para poder
descubrir quién soy, desencadenar emociones que no sabía que podía llegar a
sentir, buscar la felicidad dentro de mí y no dependiendo de nadie, encontrarme.
Pero es difícil encontrarte cuando todo
lo que te rodea te sugiere seguir a la manada, a no pensar, a no saber ver más
allá, porque para eso deberíamos quedarnos solos, y no sabemos.
Y qué bien nos vendría un momento sin
teléfono,
Sin revisar el wifi cada dos minutos,
Revisando mejor nuestro corazón,
También está dolido,
También necesita que le digan
Que la niña que solía cantar por El Barrio
Ha crecido
Pero no ha dejado de cantar
Ni de luchar.
Sigue buscando la esperanza por las
esquinas
Esperando que alguien le diga
Que esto solo acaba de empezar.
Que no se asuste,
No somos monstruos,
Somos una sociedad digitalizada,
Que más que comprender el valor de las
miradas,
Susurramos te quiero a través de una
pantalla.
No digo que sea malo,
Simplemente que no es bueno;
Acabaremos perdiendo nuestra esencia
Aquello que nos diferencia
Y nos hace pensar con certeza
Ya no habrá abrazos que te repongan
Ya no sabrás ni quién eras,
Ojalá lo entendierais…
Disfrutarlo por ahora,
Porque ni un mensaje, ni una llamada os ayudarán
a entender quiénes sois,
Y qué os ha llevado a esta situación.
Elena Rodríguez de la Torre
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