martes, 30 de enero de 2018

A veces...

A veces te das cuenta de que algo que te hacía seguir adelante podía ser mentira. Cuando realmente entiendes eso, que todo puede que haya sido una mentira, es como si hubieses tragado una piedra, pero no recientemente, te la hubieras tragado hace años.
Hay cosas que nunca escucharemos de las personas que nos gustaría que nos dijeran aquello que queremos oír, hay palabras que duelen más que un recuerdo y hay recuerdos que significan más que una palabra. Y es así, con los años, donde ves como otras puertas se abren, y el rencor se abre paso para ser mejor y burlar al olvido. Ves que los problemas, el amor, la familia, la tristeza y la alegría forman parte de nuestras vidas. Nos marcamos por etapas que tenemos que afrontar, aunque nos duelan, aunque nos hagan sentir lo peor del mundo.
Dos tipos muy curiosos de persona: La que parece la mala, pero luego no tanto. La que parece la buena pero luego es una espectacular mierda.

Intentamos simplemente huir cuando algo nos duele, nos afecta más de la cuenta. Escapar tal vez de aquello que no queremos oír. Correr y llorar a los brazos que sentimos que nos protege, que se camufla con todo ese dolor, que nos entiende, o que tan solo está, ahí, en silencio, mirándonos para después decirnos que todo estará bien, que la vida sigue aunque se nos parta el corazón y sintamos que las lágrimas no van a dejar nunca de caer, y es así cuando te das cuenta de la suerte que tienes de haber encontrado esos brazos, que si pueden no ser los mejores, siempre estarán ahí.

Aurora Vázquez

No hay comentarios: