No sé como ni cuando pero hay un momento en la vida en que llega una persona y la llena por completo, esa persona con la que vives grandes momentos y otros no tan grandes pero al fin al cabo son momentos especiales que se pasarán y rondarán por tu cabeza toda la vida y ahora te paras a pensarlo y dices ¿ya llegó esa persona? Pues no lo sé, no sé si serás tú o habrá más pero en este momento solo sé que la que más me llena ¡eres tú! La que con una frase nos buscamos la mirada para echarnos a reír, o mejor, la que con una frase sabe que al buscar mi mirada debe reír o no, la que con una mirada sabe si ha de venir o dejarte en paz durante un tiempo, la que sabe que hay unos límites que no hay que sobrepasar y que sabe que si los sobrepasa después de un tiempo se olvidará. Aquella persona con la que te puedes pasar horas y horas juntas y aunque llegue a ser aburrido siempre habrá risas. Aquella por la que darías todo y te daría igual las consecuencias, aquella persona con la que necesitas convivir porque sino ya no eres tú misma, aquella que sabes que te quiere pero que no tienes tan claro que lo haga tanto como tú la quieres a ella. Simplemente esa persona que cuando tienes un problema y después de minutos con ella sin llegar a ninguna conclusión todavía subiendo un puente la llamas y le preguntas que qué hace. Aquella a la que puedes escribirle miles de cartas sin llegar a 10 respuestas. Esa persona de la que poco a poco con el tiempo y por circunstancias llegas a separarte hasta ese momento de ya no saber quien es pero que de repente con un día sabes que sigue siendo ella misma. Esa que con todos sus defectos y virtudes te parecía perfecta y que de una forma u otra sigue siéndolo...
Ana Palacios
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