martes, 20 de noviembre de 2012

Tres poemas...


Oscura soledad

Soledad, que en la oscuridad mata,
dolor inseparable
que a mi alma ata.

Tan vacía, tan vacía
negación de lo que el corazón anhela.
Tan vacía, tan vacía
tú espíritu llena.

¡Oh noche oscura,
en la que la soledad alberga!

Luz oscura que la visión niega,
oscurece tu visión de color llena.
Agridulce sabor que la sangre hiela,
fuego de vela negado que el augurio niega.

Horror profundo y penetrante
haciendo daño en este instante,
terror negro infundado
que con mis entrañas me tiene ahorcado.

Resplandor agudo
enternece mi alma
en un segundo.

Tierna noche,
en la que en la oscuridad abundo,
mundo desasosegado y mudo.

Quisiese ver una sonrisa
esbozada sin prisa,
ver que solamente hay risa
ni ninguna desdicha.

Sin embargo,
con desdén amargo
en la soledad estoy
vacío, es allá a donde voy.



El último latir
Primer latir inicial
cada vez que respiro
se acerca más
el final.

Cada vez que late
el corazón
la bella mujer acecha
sin ninguna razón.

El aire que suspiramos,
muestra del alma
que lentamente
matamos.

Cada rojo movimiento
nos acerca
tristemente
al final del momento.

Cada segundo que pasa
el mecanismo
se oxida
y se atrasa.

El hombre vive
sin vivir,
sin conciencia
de lo que pasa.

Y pensar,
que lo que nos pone en marcha
se apaga, y nos acerca
a la negra marcha.

Cada latir más
es un latir menos,
quien lo pensara
en estos momentos.

cada respiro más
es un respiro menos,
quien lo pensara
al menos.



Somos historia

A Dios le pido
no perecer en el olvido.

Ser más que el latido que soy
sucesos, acontecimientos, historia soy.

Ser más que la inexistencia del hoy
por caminos, lugares, parajes voy.

Ser más que un ser y un estar
el alma, la magia, la herida que se debe mostrar.

Ser más que un hombre,
un poco más que un hombre.

Ser más que el latido que soy
sucesos, acontecimientos, historia soy.


Sergio Trapiella



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