domingo, 13 de marzo de 2011

Bona Nit


A base de dulces ironías funcionaban los cuentos que todas las noches les contaban. 

Unos los preferían sobre gente pequeña, que crecía, o que simplemente con un par de alas se contentaban. Otros se pasaban el día tirados en sus sofás saboreando, con una copa de colacao, las pequeñas cosas que hacían la vida tan complicada y de las que era tan fácil deshacerse con el simple movimiento de pasar a vivir oculto a la luz del sol. Mientras, ellos se sentaban en la cama, cogían la manta, tres peluches, el edredón, le daban la vuelta a la almohada para ponerla por el lado frío, y se quedaban con la baba colgando mientras un hilo de voz se colaba por la rendija que quedaba entre sus labios y se quedaba grabado en lo más hondo de su cabeza. Todo con el leve vaivén de lo que podría ser la banda sonora de sus vidas, un cubo de la basura pasando por la calle y arrastrando los cubos calle arriba y calle abajo, una moto, y de vez en cuando, un grito de euforia.

Miguel Bayod Cuevas

1 comentario:

A+B dijo...

me encanta :) apenas encontre este blog y no puedo dejar de leerlo !! saludos!