sábado, 4 de diciembre de 2010

16 años

¿Sabes cómo es la sensación de saltar sin cuerda?¿Cómo es atravesar un cañón con los ojos cerrados?¿Cuál es la sensación?...
Esa, es la sensación límite, la extrema, la de no poder más. Es el estar complaciendo continuamente a alguien sin llegar a satisfacerle nunca sus expectativas. Es dar, dar, dar y dar, para no recibir, perder la vida en un intento fallido, intentando cumplir unos objetivos de un manual escrito en otro idioma.
¿La gente no entiende que es MI VIDA, y que YO tengo que ser el que fracase y el que triunfe?¿Es mucho pedir coger el timón del barco?
Todos somos portadores de esta sensación límite en algún segundo, minuto o momento de nuestras vidas, pero nos olvidamos de ello, porque tras él, siempre viene un subidón de adrenalina que nos hace únicamente recordar los últimos 30 segundos.
Dejarme mi camino a mí, dejarme mis sensaciones, si queréis abandonarme, y sino , ayudarme en el camino.
Hoy se ha roto la cadena, y es muy difícil que recupere el sentido común, así que dejarme leer una naranja, comprar un  paraguas de estrellas para viajar al planeta de las mariposas y descubrir duendes de tinta y monos submarinos.
Dejarme delirar...Soñar que voy a poder vivir para siempre, que mi nombre acabará en miles de libros o que, simplemente, consiga hacer reír a 4 mil millones de niños.
¿Me ves cara de pensar en las salidas? Pues dame la llave del candado y déjame VIVIR INTENSAMENTE. Quiero volar, quiero soñar, quiero creer que puedo ser artista.

Miguel Bayod

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