Estoy enamorada, sí, estoy enamorada de ella y todo lo que conlleva.
Adoro su sonrisa (jamás me cansaré de decirlo), adoro la sonrisa que me pone cuando está feliz, cuando juntamos la nariz y de repente sólo existimos nosotras, esa sonrisa que me mata y me da la vida, esa sonrisa que hace que, de repente, el corazón me vaya diez mil por hora y casi, casi, se me salga disparado... Esa sonrisa medio rota que tantas miles de veces intenté reparar y tantas veces medio fracasé aunque por lo menos sé que durante algo más de un segundo fuiste la más feliz del mundo.
Porque vaya si es guapa, y vaya si encajan bien nuestras locuras, nuestras manos y nuestras bocas y vaya si soy un desastre, pero por lo menos sé que tengo a la mejor persona que jamás haya pisado este mundo a mi lado, en mi corazón y en sus brazos. Y va
ya si me perdía en sus infinitos lunares... Y vaya si el mejor lugar para quedarme a vivir son sus brazos, su cuello, sus pecas o incluso, alguna de sus cicatrices...
Será siempre mi reina, mi chica 10, mi princesa, mi pequeña loca...
Estoy enamorada de lo bonitas que hace las noches de domingo, de cuando me recuerda que soy su princesa, de nuestros planes de futuro, de sus manías, estoy enamorada hasta de la forma que tiene de mover la pierna cuando está muy nerviosa. Adoro acercarnos y poder rozar su nariz, y oler su olor, sentir su respiración, notar como le late el corazón...
Y lo preciosa que está cuando me mira, cuando me mira con esos jodidos ojos y puedo saber todo lo que piensa, todo lo que siente...
¿conocéis toda esta magia? Amor lo llaman, joder el amor...
Porque está preciosa siempre, porque me gusta siempre. Porque la besaría las 24 horas del día, porque viviría con nuestras manos encajadas, porque bien sabe ella que la amo.
Sin duda alguna, amo cuando me llena de besos, de abrazos, cuando, con sus propias manos, roza mi mejilla y ya no hay más. Ya no hay nadie mas. Ya no hay más mundo.
Pero lo que amo aun más de ella, es cuando la miro sin que se de cuenta y observo cada uno se sus movimientos y los grabo en mi cabeza, para luego, para cuando no esté cerca y necesite recordarla.